Aunque en España las cosas hubiesen sido distintas, en el City of Manchester eran los seguidores del Chelsea los que coreaban el nombre del que fue su capitán, explicando que sus números no eran dignos de estar en club como el del vigente campeón. El otro gol de Geremi, que nunca marcó en Liga, fue en el Mundialito de Clubs, el 10 de enero del año 2000. El Real Madrid ganó 3-2 al Radja Casablanca y Geremi marcó el gol del triunfo en el minuto 88 de partido. Prometió el francés que hablaría en el terreno de juego y tendrá la primera oportunidad este mediodía ante el Chelsea (Barça TV, 12:30 horas), en el que será el primer partido de pretemporada del Barcelona y el estreno del atacante con la camiseta azulgrana. La parroquia española confiaba en el pálpito del atacante madrileño, que fue entronizado para siempre en aquella estampa ante el defensa Lahm y el portero Lehmann en la final ante Alemania.
Perdió su puesto titular ante Alemania, en favor de Pedro, y tampoco salió desde el principio en la final. Compiten por minutos y buscan ser protagonistas pero al final luchan por lo mismo, que es ganar títulos. Puede ser porque ganar siempre a un equipo como el Atlético de Madrid no es fácil. Encontró su lugar en Inglaterra, tras ser cedido al Middlesbrough. En Sevilla encontré un calor humano que no he encontrado en ningún otro lugar. Cuando vuelva LaLiga ojalá que el equipo pueda pegar un tirón hacia arriba. Lo vimos en el Mundial de Rusia, donde Eden fue el director de un equipo nacional que aspiró al titulo. En la actualidad es consejero del presidente en el Sindicato Nacional de Futbolistas de Camerún. El Chelsea pagó 10 millones de euros al Real Madrid para hacerse con los servicios del camerunés. El camerunés jugó 26 partidos superando ligeramente la cifra de 2000 minutos en la temporada. Sin ese gol, probablemente, el camerunés no exisistiría en ningún relato. Después del gol, el amor que tenían los aficionados del Chelsea poco se parecía a la cara del entrenador.
El decidió venir al Manchester City, competir contra el Chelsea por tanto las historias de amor han finalizado. «Es un jugador del Manchester City, no creo en esas historias de pasión, de corazón, en esas historias de drama. Como jugador todos hablan maravillas de él. Sobre el césped apenas cambió el gesto, no mostró ninguna alegría por un gol que suponía un récord personal, ya que con él superó a Andy Cole como el futbolista que ha marcado más goles a equipos diferentes de la categoría: 39 clubes de la Premier han sufrido su acierto. La afición local, normal, y sobre todo la visitante. No me esperaba despedirme de la afición del Chelsea de esta manera. En el Liverpool no conquistó ningún título, aunque sí el afecto de la exigente afición de Anfield. Cuestiones económicas al margen, siempre decisivas en cualquier trasvase, Fernando Torres se fue del Liverpool por la necesidad que tiene de ganar algún título de relieve a nivel de clubes. José Mourinho le dio entrada durante la prórroga de las semifinales de la Champions League de 2007 entre el Chelsea y el Liverpool confiando en él para la tanda de penaltis.
Lo hace en las filas del Gençlerbirligi turco, en donde se afianzo como titular, anotando 9 goles en 57 partidos durante dos temporadas. Dos años después de su fichaje, la última gran contratación de una estrella por parte del Real Madrid, Eden Hazard sigue luchando por triunfar con la camiseta blanca. El día D de Eden Hazard será inolvidable para él, para sus padres, los emocionados Thierry y Carine, y para sus tres hermanos, todos ellos con una camisa blanca y un pantalón oscuro. Si la noche en el Olímpico de Munich fue su noche de gloria, vistiendo la camiseta del Chelsea vivió su día más aciago. Aquel 2 de abril del año 2002 los blancos volverían a perder (2-1) pero ese gol en campo contrario dejó con vida al equipo, que pudo solventar la eliminatoria en el Bernabéu. Con un 4-3-3 en el que Oriol Busquets ocupaba el lateral derecho y un centro del campo compuesto por Busquets, Riqui Puig y Sergi Roberto, las triangulaciones eran una constante, aunque Griezmann y Dembélé no acababan de encontrar el espacio necesario para poner en apuros a Kepa.