En aquellos años (los 90) llegar a los primeros puestos de las listas aún suponía vender cientos de miles de discos. Especialmente los primeros. Esta evidencia contradice otra de las ideas mil veces repetidas por la crítica menos seria y el imaginario musical popular, según la cual el “Indie” español fue un estilo elitista que jamás tuvo éxito de ventas ni de público y que nunca movilizó más de unos pocas decenas de miles de aficionados.