«Me ordena hacerle un cuadro fiel del espíritu de los judíos, y de su historia; y, sin entrar en los caminos inefables de la Providencia busqué en las costumbres de este pueblo la cadena de acontecimientos que esta Providencia ha preparado». El terremoto de Lisboa en 1755 lo impresionó fuertemente y le hizo pensar sobre el sinsentido de la historia y el sentido del mal.