Entre 1100 y 1650 las principales prendas eran taparrabos, faldas y camisas para hombres, y vestido-sábana para mujeres, así como mallas y sandalias en ambos sexos. Hilado y tejido por hombres, estaba formado por tiras estrechas de tela de corteza o algodón cosidas una junto a otra, con distintos diseños de color y composición.